miércoles, 16 de julio de 2014

El Auditor. Un Gerente en Potencia

Fuente: Auditool

 Marco Hernando Bonilla Martínez

Hay que revisar, las funciones, las calidades, capacidades y experiencia que debe ostentar un Auditor, para comprender que son las mismas que un Gerente de empresa debe tener para llevar a buen puerto los objetivos y metas de la organización.
Una de las premisas que un Auditor debe contemplar en su función del control, no es otra, que el conocimiento integral de la organización, desde la naturaleza y misión de la entidad, pasando por los procesos, la normatividad que le aplica, y la importancia que reviste para la organización los estados financieros, presupuestos y demás instrumentos que avisan de la gestión y estado del arte de la organización.
Un Gerente debe como función principal más que  ejecutar, controlar lo que sus dependientes hacen o dejan de hacer; de tal suerte que debe conocer, como el Auditor, la organización de manera integral.
La diferencia estriba es que mientras el Gerente gestiona el qué hacer de la organización, el Auditor repasa lo hecho por la administración para avisar de aquellas situaciones que por descuido, error, u omisión sus ejecutores pasaron o inadvirtieron, como una manera de generar el equilibrio ideal de la organización en procura del cumplimiento de sus misión y metas contempladas.
El Gerente como el Auditor deben ser pares, toda vez que su interés no va más allá  que el de propiciar el mejor manejo de los recursos de la empresa en términos de eficiencia y eficacia, y dentro de un entorno de progreso y responsabilidad frente a las funciones asignadas y los deberes establecidos.
En tal sentido, es utópico pensar una desconexión entre el Gerente y el Auditor, como quiera que sus propósitos no sean otros que sugerir, implementar y aplicar mecanismos que conduzcan a lograr una organización donde sus resultados se reviertan en términos de calidad y excelentes servicios para   sus clientes o usuarios. 
El proceso que surte un Gerente desde su representación frente a la organización, es idéntico en lo que respecta al Auditor, donde asegura su gestión, partiendo de la planeación como cultura sine cuanom; norma que permite blindar el camino y guía de su actuación; estructurado y acompañado de talento humano calificado y capacitado; dentro de regulaciones y protocolos formalmente establecidos.
El Gerente como el Auditor, basa sus principios en la responsabilidad que le asiste sobre sus actuaciones y cómo a través de sus resultados proporcionan confianza a los diferentes interesados en la organización, como los inversionistas, los socios, los clientes, los organismos gubernamentales, el sistema financiero, los usuarios internos y externos, los proveedores, etc.
El poder de dirección de un Gerente se potencializa en la medida que conozca la operatividad de la empresa, cosa que conoce muy bien el Auditor, esto le proporciona confianza en el control que debe ejercer en áreas, procesos y actividades relevantes, denominado de Aseguramiento, mitigando de ésta forma el riesgo desmesurado de recursos, traducidos en resultados no esperados.
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